jueves, 18 de junio de 2009

Amigos que se van

Cuando tenía 23 años y trabajaba, como empleado civil, para una institución militar no me enamoré de la chica más sexy de la base. Aunque no era la más bonita, no había en la base ninguna mujer más atractiva, más deseada ni más envidiada (por las otras chicas). Estaba invitada siempre a todas las actividades sociales de los oficiales y tenía fama de chica fácil, pero yo no me enamoré de ella.

Nos hicimos amigos, no recuerdo ni cómo empezamos pero para cuando me dí cuenta ella era parte de mi vida y yo de la suya, era mi consejera, mi confidente, mi paño de lágrimas y yo el suyo. Ella tenía una oficina privada (a pesar de su juventud era una profesional con un alto cargo, igual que yo) donde nos encerrábamos por una o dos horas a conversar de nuestras intimidades, personales y profesionales, y provocar las habladurías de toda la base. Y resultó que no era una chica fácil. ¡Era virgen! Coqueta, entradora y hasta agresiva con los hombres en las actividades sociales, ese era sólo un mecanismo de defensa que ocultaba una chica dulce, tierna, soñadora, insegura y muy asustada.

Me ayudó con mi enamorada de entonces, de hecho me enseñó a entender a las mujeres (hablan otro idioma si acaso no lo sabían) y yo hice lo mismo por ella; para entonces yo ya sabía que la amaba como a una hermanita menor, y ella a mí. Le presenté a uno de mis mejores amigos a quien le aseguré, poniendo la mano al fuego por ella, que no era la clase de chica que su fama haría suponer. Se conocieron, se enamoraron, se casaron, tuvieron una hija y se murieron... los tres.

Todavía recuerdo la voz de mi secretaria al teléfono, "...el avión está desaparecido, parece que cayó al mar..." No podia creerlo, era como vivir una realidad alterna, pero dolorosamente real. Ella no tenía que haber viajado a Europa con la bebe pero una amistad le regaló el pasaje para que se reuniera por un par de días con mi amigo, su esposo, y se regresaran juntos luego de un largo viaje de trabajo que lo había mantenido por meses fuera del país. Ella no tenía estar en ese avión pero una gestión del cónsul peruano le consiguió la visa para poder hacer escala en los Estados Unidos y evitar tener que volver en Aeroflot vía Moscú. Nadie podía saber que esos favores, hechos de buena fe, le costarían la vida. El avión salió de Islandia con destino a Estados Unidos y desapareció en medio del Atlántico Norte, nunca se supo nada más.

Han pasado casi 20 años desde entonces y ahora que me vuelvo a encontrar en la circunstancia de tener que despedirme de quien es hoy mi más íntima amiga (aunque, ciertamente, no ha muerto y abrigo la remota esperanza de que la despedida no sea definitiva), no puedo dejar de recordar a la primera amiga que tuve. ¿Pueden un hombre y una mujer ser verdaderamente amigos? ¡Sí, sin ninguna duda! ¿Cuanto duele perder a un(a) amigo(a)? Muchísimo, y cuanto más íntima es la amistad mayor es el dolor de la pérdida. Más que dolor, es una sensación de ausencia, esa aplastante sensación de vacío que se siente al mirar por horas la bandeja de entrada sabiendo que ese correo no llegará, al revisar la lista de contactos del chat sabiendo que ese contacto ya no volverá a estar en línea, al contemplar el teléfono sabiendo que marcar ese número no tendría sentido, al tener tantas y tantas cosas que decir y no tener a quién decirlas.

" ...así es el vacío que se siente, cuando tú no estás..." (Alex Lora)

Un(a) verdadero(a) amigo(a) tiene una cualidad única, es alguien a quien confiamos nuestra intimidad sin tener porqué hacerlo y sin pedir ninguna otra cosa a cambio. Nosotros elegimos a quién damos nuestra amistad, no lo determina ni la naturaleza ni el azar, y eso lo hace tan único y tan especial. Perderlo(a) nos deja un enorme agujero en el corazón, tan grande que el tiempo nunca lo llega a cerrar del todo.

Hoy recuerdo a Raúl y a Fanny, los primeros amigos que perdí, y a todos los amigos y amigas de los que, en algún momento de mi vida, me tuve que despedir.

2 comentarios:

SynesthGirl dijo...

Hola Tom. Caí por acá justo hoy y me interesó el post que acabas de poner sobre los amigos que se van. Me trajo a la memoria unos extractos que tenía copiados en mi compu de un libro que se llama La Comunicación de las Existencias. Estos extractos son del capítulo sobre la amistad.

"¿Qué más se puede decir de la comunión existencial, cuando se ha hablado del amor? Éste, sobre todo en la forma que reviste el amor del hombre y la mujer, parece hacer realidad todas las virtualidades de la comunión posibles entre seres humanos y lograr el máximo de fusión a que pueden aspirar las creaturas. Más bella, sin embargo, que la comunión amorosa es la comunión entre amigos. Toda elección que el hombre hace implica siempre, en alguna medida, el compromiso de la totalidad de la existencia. El día en que el hombre elige su profesión o su mujer lo marca para siempre. Con todo, todavía más importante parece ser el momento en que eligen las amistades. El hombre puede en efecto, escapar, por lo menos parcialmente, a la servidumbre de la profesión y a la influencia de su mujer, mientras que está en la naturaleza misma de la amistad fusionar de manera íntima los destinos de los que une. Si un amigo no ejerce una influencia profunda sobre nosotros, se debe simplemente a que no es verdaderamente nuestro amigo".

"La amistad nace casi tan espontáneamente como el amor, y es poco común que alguien busque conscientemente encuentros de los que pueda ella brotar. Lo más frecuente es que la amistad se insinúe en nuestro corazón sin que nos demos cuenta y hay amistades repentinas como lo hay amores".

"No hay forma alguna de comunión existencial menos egoísta y egocéntrica que la amistad. Probablemente porque la amistad no tiende a la posesión del otro o de lo que el otro tiene, la amistad enriquece tanto en el plano de la existencia como en el del ser".

"Nunca se repetirá lo bastante que la principal condición para que una amistad triunfe es el desinterés tan perfecto como sea posible. Mas también es verdad que la amistad nos ayuda a triunfar de nuestro egoísmo y amar al otro por sí mismo".

"La amistad espontáneamente, casi sin esfuerzo se transforma en comunidad abierta. Cuanto mayor y más fuerte es nuestra amistad con una persona en particular, más nos sentimos dispuestos a ofrecer nuestra amistad a todo hombre que se cruce en nuestro camino".

Y este es el que más me gusta:

"En la amistad la promesa de fidelidad generalmente ni siquiera necesita expresarse con palabras y el amigo verdadero no la exige. La simple toma de conciencia de nuestra amistad, acompañada de consentimiento, implica ya un juramento de fidelidad. Esta fidelidad resiste mejor que la fidelidad del amor las pruebas de la separación, del envejecimiento, de los cambios físicos y morales. Los hombres que han vivido una amistada auténtica, al encontrarse tras largos años de separación en que pueden haber ocurrido transformaciones importantes en la condición de cada uno, seguirán sintiéndose amigos y pronto encontrarán la antigua comunión. Puede que al principio haya un cierto embarazo o dificultad de intercambio, mas se debe a que no están absolutamente seguros de que la amistad viva todavía".

Saludos.
SynesthGirl

Tom Katze dijo...

Muchas gracias, SynesthGirl.

Las citas que señalas, con tu clarividencia de siempre, son justamente lo que he estado sintiendo y que no he sido capaz de expresar con propiedad.

Ese es un libro que ha estado en mi lista de "pendientes" ya por un tiempo y cuya lectura circunstancias desafortunadas me llevaron a postergar.

Gracias una vez más.